viernes, 16 de enero de 2015

¿Es la seguridad en el ciberespacio competencia del Estado o un negocio privado?

Hemos visto en estos últimos meses como ha ido cobrando vital importancia la vigilancia en la red y la proliferación de ataques a compañías y estados. Todos los profesionales del sector estamos insistiendo en la necesidad de la prevención y sobre todo la detección temprana... pero últimamente no paro de plantearme una cuestión ¿Pueden los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado vigilar preventivamente el ciberespacio? ¿Tienen igual capacidad operativa en Internet que la que tienen en el terreno físico?

Para evidenciar más la cuestión sólo es necesario consultar los diferentes servicios online que han ido apareciendo en estos meses (El último añadido el nuevo servicio Cybertheat Map de FireEye) donde diferentes empresas del mundo de la seguridad son capaces de mostrar en tiempo real que ocurre en Internet. Todos ellos obviamente están utilizando la información recogida  por los miles de dispositivos de su marca dispersos por el mundo para poder pintar qué ocurre en Internet siendo en todos ellos la foto parcial de aquello que detectan los equipos instalados en sus clientes. 

Aquí os presento 12 de ellas siendo la de Kaspersky, Norse y FireEye de las más impactantes.

 La gran pregunta que hay que plantearse es ¿Podríamos ver servicios así cuya fuente de información sean los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado? ¿Pueden actuar en ataques dirigidos o de denegación de servicio de igual forma a como lo harían si fueran ataques físicos?

Quizás donde esta situación plantea más problemas va a ser en la protección de infraestructuras críticas. Imaginemos que una Autoridad Portuaria está sufriendo un ataque de DDoS. Aunque las competencias las tenga el CCN-CERT, como se puede comprobar en su Catálogo de servicios del CCN-CERT su capacidad proactiva de contención o mitigación es limitada siendo más un organismo de asesoramiento en la gestión del incidente que en la parte técnica de resolución del mismo. Llegado el caso, cada organización dependerá de varios factores para tener éxito frente a este tipo de agresiones:
  • Los operadores de servicios de telecomunicaciones de los que sea cliente.
  • Los fabricantes de sus productos de protección y su capacidad de actualización.
Por tanto y al contrario de lo que ocurre con la seguridad patrimonial, en el ciberespacio la protección de infraestructuras y organismos va a depender de la colaboración publico-privada que exista. Sobre todo porque como estamos viendo, quién tiene la información de primera mano sobre lo que ocurre por la red son los fabricantes de soluciones de seguridad en primera instancia y los operadores de servicios de telecomunicaciones que enrutan el tráfico de Internet. 
Supongo que llegado el caso, deberá crearse un marco legal que diera soporte a un  SITEL-2 (Sistema Integrado de Interceptación de Telecomunicaciones) con una estructura para realizar la monitorización de las TIC pero actualmente esa cobertura no existe y a nivel tecnológico también habría que crear un punto único de paso de todas las comunicaciones. Y cuando llegue el momento también habrá que ver cómo se regula para preservar el difícil equilibrio entre la seguridad y la privacidad. En cualquier caso, el problema de privacidad ya existe porque esos datos ya son manejados por empresas para dar servicios.



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