martes, 13 de marzo de 2007

Trashing, el reciclaje y las ratas de basurero

No suele ser frecuente que de las lecturas del periodico o de sus semanales pueda extraer algo para publicar en el blog, aunque de vez en cuando ocurre.

Como fiel lector de la sección de Arturo Perez Reverte, cartagenero ilustre como yo (cartagenero también pero nada ilustre), este fin de semana su texto dejaba entrever algunas reflexiones entorno al reciclaje, que yo paso a reutilizar como argumentos en relación a la seguridad de la información y la protección de datos de carácter personal.

En concreto el artículo a leer, previo a este post puede encontrarse en Arturo Perez Reverte:Reciclaje, ayuntamientos y ratas de basurero. Como no me mantengo al día respecto a la utilización de textos con propiedad intelectual, mejor leer el original.

En concreto, Arturo Perez Reverte desconoce que ha sido objeto de una técnica conocida como Trashing y que es una fuente de información notable cuando se investiga o recaban datos de un tercero.

En su caso, el objetivo de dicho trashing ha sido obtener objetos sin valor para Arturo pero que a terceros pudiera ser de interés. La motivación principal de estos carroñeros ha sido el ánimo de lucrarse aunque cuando se trata de incidentes de seguridad en organizaciones u empresas, el trashing suele ser la manera de obtener datos para posteriormente ir a mayores (robo, intrusión en los sistemas de información u otros incidentes).

La medida "inconsciente" que Arturo parece haber utilizado ha sido complicar un poco más la tarea a los supuestos recolectores de basura, aunque no se yo si va a ser eficaz. Lo mismo un manuscrito de Arturo Perez Reverte, con el olor de unas lentejas cocinadas en su casa cotiza más que el manuscrito original. En cualquier caso, si en algo sirve mi humilde opinión, lo más adecuado es una sencilla destructora de papel que tienen ahora precios muy asequibles y que aun generando el mismo desecho, si que le complica a los carroñeros su trabajo dado que tienen que jugar a hacer puzzles de cien piezas con cada hoja que encuentren si consiguen averiguar el orden y la hoja de cada trozo, algo que es casi imposible de reconstruir.

1 comentarios:

Antonio Valle dijo...

La verdad es que despues de leer la columna de Arturo, eché de menos la posibilidad de contestarle...

Si el tira sus papeles a la basura sin destruir es porque no los quiere y además le da igual lo que se haga con ellos. Igual que si tira un sofá viejo y luego lo encuentra en el rastro en venta...

Entonces, no tiene derecho alguno a ponerse como se ha puesto.

 
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