martes, 23 de octubre de 2007

Fallos informáticos, esos animalillos (gremlins) sin padre

Se me vienen juntando noticias de la semana pasada y de esta entorno a una problemática que ya traté hace poco y que hoy quiero afrontar desde otra perspectiva.

Si recordáis el post "Los errores son también amenazas", un estudio de Gartner valoraba el alto impacto que tienen los errores en el manejo de información en hojas de cálculo. Hoy quiero hablar de esos curiosos "bichos" llamados "fallos informático" que ahora sirven para justificar todo comportamiento anómalo, siendo utilizado como un argumento que exime de responsabilidad. Es curioso incluso cómo se redactan las noticias para representar al "fallo informático" como un ente, externo y ajeno a los humanos, que altera y modifica el comportamiento deseado provocando efectos "colaterales" extraños. Quizás podríamos bautizarlos como "gremlins" dado que su significado se ajusta más que el término "fallo" que indica o apunta al factor humano como origen.


La primera noticia de la semana pasada a valorar es la publicada por el diario El Mundo cuyo titular corresponde a "Protección de Datos impone una sanción grave al Ayuntamiento". Entrando al detalle, la sanción viene por manejar un dato incorrecto cuando el afectado ya había comunicado y solicitado la corrección del error. En el razonamiento alegatorio del citado Organismo, aparece “Fuentes de la Consejería de Hacienda consideran la sanción, que no es pecuniaria, exagerada. Subrayan que el fallo informático "no causó ningún perjuicio monetario al afectado" ni hubo una mala utilización de los datos, por lo que han anunciado que recurrirán ante el juzgado de lo contencioso-administrativo.”

La primera cuestión es si tiene que existir un daño para que un dato incorrecto lo sea, que creo que la Ley de Protección de Datos no lo establece así claramente. Lo otro que como informático también me cabrea es la aparición siempre de la coletilla “por un error informático” que se indica textualmente.

Claro que el avance de las tecnologías es mayor y la gravedad de estos “errores informáticos” cada vez tiene una mayor repercusión. Esto es lo que hasta la semana pasada había escrito en relación a este tema. Para hacer reflexionar, había puesto un ejemplo drástico que hiciera significativo lo relevante de los hechos.

Imaginar este mismo error en cuanto a calidad de los datos, pero vinculado a la historia clínica de un paciente que es consultada justo antes de una operación.
- ¿Quién debe asumir las responsabilidades si por un error informático en la historia no figuraba cierta alergia o incluso el parte de operación fue modificado? ¿El médico que produce el daño? ¿El informático que administra el sistema? ¿El usuario que introdujo mal la información? ¿El técnico que accidentalmente al reparar borra los datos?

Claro que la realidad a veces es más dura y esta semana nos encontramos con estos otros titulares:
- En prensa extranjera, Did software kill soldiers?
- En prensa española El cañón robotizado asesino.

¿Es correcto usar el término fallo o error informático? ¿Quién es su causante?

La máquina no toma decisiones. Obedece siempre y rigurosamente a las acciones del usuario, su administrador o en último término, el programador que establece las órdenes del software que se debe ejecutar.

Esta es sólo una excusa para ocultar una negligencia humana que casio seguro podría ser objeto de investigación y permitiría identificar al causante. Por otro lado, si realmente es que los hechos no pueden investigarse, ¿qué clase de sistemas tenemos que no sabemos qué hacen o quién los utiliza?

¿Qué confianza podemos tener en la sociedad de la información si son actividades ni regladas ni profesionalmente atribuidas? ¿Cómo se depurarán las responsabilidades en caso de conflicto?

Ante estas circunstancias, vuelve a surgir el debate respecto a las responsabilidades profesionales. Aunque yo no tengo muy claro como posicionarme, lo que si tengo claro es que la no definición o ambigüedad al asignar responsabilidades no es ni la solución ni la situación deseable, porque la impunidad y la no responsabilidad nunca es positiva. Es un hecho de la psicología humana. En una situación de peligro donde alguien pide auxilio, nuestro comportamiento será diferente según el contexto:
- Si estamos solos, seguro que acudimos al auxilio.
- Si hay mas gente con nosotros, seguro que pensamos que no somos los más adecuados y tranquilizamos nuestra conciencia pensando que otro auxiliará.

En esta guerra si me uno a la iniciativa Ingenieros de primera. Aunque no tengo claro un técnico hasta donde es responsable, debido principalmente a la complejidad de un sistema y la interacción entre las partes, también tengo claro que si sobre un elemento aislado hay errores, detrás debe haber un responsable porque sino, ¿qué motivación hay para hacer las cosas bien si al hacerlas mas tienes menos coste y además no pasa nada?

1 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y si el error fue de la base de datos? Entonces ya nadie tiene responsabilidad, a menos que la empresa que desarrolló ese SMDBD tome la responsabilidad, pero en ese caso sólo podrían competir las empresas con representación legal en el país. Eso dejaría fuera del juego a todo el software libre.

El modelo SL es el ejemplo ideal de cómo una regulación sobre la profesión podría frenar drásticamente el avance del SL y regresar a la edad media del software (IBM, Microsoft). La regulación no va a impedir que cualquiera programe, pero si ya no va a ser posible o fácil que cualquiera implante SL, entonces se va a perder la motivación. De qué sirve desarrollar un ERP libre si ninguna empresa va a poder aprovecharse de ella.

 
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