Cuando uno habla de seguridad de la información normalmente la primera imagen que se viene a la mente del oyente son escenas de hackers, intrusión a sistemas de información, espionaje.
Quizás por su frecuencia no somos conscientes de lo habitual que son los incidentes de seguridad. En la guerra mediática por lograr los mejores contenidos, el "mercadeo de información" es demasiado habitual.
Los periodístas lo llaman "filtraciones" pero son simplemente "fugas de información". En la tensión entre quien en cumplimento de su responsabilidad debe garantizar el "secreto de los datos" y quién su negocio es disponer de contenidos exclusivos, ganan normalmente estos segundos. Y suelen ganar por diferentes motivos, en función del punto de fuga y sus intereses particulares. Muchas veces les mueve el afán político pero otras simplemente el ánimo de lucro. Según ElEconomista.com, esto segundo parece ser la causa de la fuga del video de AENA con el despegue del avión acccidentado de Spanair.
Estos incidentes son una prueba manifiesta del poco respeto que se tiene a la obligación tanto de empleados como de funcionarios de garantizar la confidencialidad de la información que tratan. Hay gremios como el médico que tienen este deber como una de sus principales responsabilidades dentro de su código deontológico. Sin embargo, parece que en otros sectores esta obligación puede relajarse. Y quizás, lo más preocupante es que la irresponsabilidad se produce en el seno del área judicial. ¿Quién si no tiene acceso al sumario, a los contenidos que forman la instrucción?.
En el caso del accidente de Barajas, estoy seguro que este video de las camaras de seguridad habrá pasado por muy pocas manos. Si se hubieran tomado las medidas de "seguridad de la información" adecuadas, debería existir un registro de la cadena de custodia y podría intentarse ahora depurar responsabilidades. Es más, parece que el juez instructor no está dispuesto a dejar impune la filtración y va a tomar medidas. En la jerga de seguridad, en ese juzgado hay un "topo" y se está haciendo con dinero. Que quede en la conciencia de ese "personaje" lo lícito que es ganar dinero negociando con este tipo de contenidos que son tan dolorosos para los afectados por la catástrofe y que quede también en la conciencia del que tienta al "personaje" para que produzca la fuga porque en situaciones así, no sé yo quien tiene más responsabilidad, si la puta o el cliente. Los medios de comunicación tienen el deber de informar, pero su afan por devorar información debe encontrar siempre la limitación en la ley y si un juez declara el "secreto de la instrucción", esta decisión se debe respetar y garantizar, por mucho negocio que haya detras.
Estamos tan habituados a las filtraciones que nos parecen un hecho cotidiano y esa sensación de impunidad o de imposibilidad de la protección de la información se debe a que tras la fuga, luego no se delimitan las responsabilidades y se sanciona al infractor. Así poco van a cambiar las cosas.
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